Muros de contención

Si bien, el concreto es uno de los materiales implementados por excelencia al momento de consolidar un proyecto de construcción, los muros de contención en suelo reforzado son una opción viable, que le traerá múltiples ventajas.

Comenzando por lo básico, un muro de contención, es una estructura mediante la cual se retiene un terreno. Esta se compone de materiales térreos, a los cuales se les involucra un elemento de refuerzo.

El suelo puede comportarse de manera aceptable sometido a compresión, situación diferente cuando se aplica tracción, puesto que su grado de cohesión es bajo. Llegado a este punto, se coloca un elemento de refuerzo que conserve la tracción apropiada para soportar los esfuerzos de corte. Estas pueden ser:

  • Extensibles: Se reconocen los geosintéticos y las tiras poliméricas. Estas últimas están hechas, generalmente, con poliéster recubierto con polietileno.
  • Inextensibles: Aquí tienen cabida aquellos con configuración metálica, tales como los flejes o las mallas de acero.

Los muros de contención en suelo reforzado, son estructuras mediante las cuales se retiene material terreo con geomallas o geotextiles como elemento de refuerzo, aumentando su resistencia al corte.

Teniendo claridad sobre lo anterior y, sin ir más lejos, ¿Por qué le conviene desarrollar un muro de contención en suelo reforzado (SME)?

  • En primer lugar, esta el factor económico. Para muros de alturas superiores a los 3 metros, las estructuras de contención en suelo reforzado son más económicas.
  • Adicionalmente, la facilidad en términos de instalación y, su proceso constructivo, le permiten utilizar equipo de movimiento de tierras, además de suelo clasificado del lugar, reduciendo la posibilidad de incurrir en gastos adicionales.
  • Con las estructuras de contención hay una menor ocupación de áreas (reducción del derecho de vía) y menor volumen de suelo de construcción, logrando conformar taludes con pendientes altas o completamente verticales.
  • En el siguiente nivel, se destaca su sismo resistencia. El concreto, naturalmente, es rígido. Cuando la energía sísmica lo golpea, dependiendo de factores como la vibración, el diseño y la cantidad de acero utilizado, puede fracturarse. Las estructuras de contención en suelo reforzado, por lo contrario, son flexibles, cualidad que disminuye el margen de falla. Bajo esos términos, la energía sísmica no las afecta de la misma forma ya que es una masa continua y reforzada.
  • El muro de concreto tiene una durabilidad de 50 años. Sumado a esto, este material se degenera progresivamente, perdiendo sus propiedades de flexión. Los SME están asociados, principalmente, a la durabilidad del polímero. En esos términos se habla de 75 a 120 años manteniendo su condición de servicio.

En conclusión, el costo, la facilidad constructiva y el comportamiento frente a fenómenos naturales, entre otras características, posicionan a los muros de contención en suelo reforzado como una opción viable. En Geomatrix, contamos con un portafolio de soluciones, puestas al servicio de la ingeniería, ideales para este tipo de proyectos. ¿Quiere saber más? Conozca nuestras recomendaciones en el siguiente documento.